Especie de fresa salvaje cuyas frutas son comestibles que crece en los bordes y los claros de los bosques.
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Había sido alguien que pasaba con frutillas silvestres un mediodía de verano.
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Encuentra frutillas silvestres, chiquititas y con muchas semillas.
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A la mañana se levantó renovado, se bañó en la corriente fría y desayunó con frutillas silvestres.
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Más tarde, mientras comían las frutillas silvestres que el viejo Jérôme les había llevado por la mañana, Alexis dijo:
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Según la tradición, los maltrechos compañeros de Ojeda curaron rápidamente gracias a que comieron ciertas frutillas silvestres que se daban allí en abundancia.
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Todos sus sabores preferidos; lima-limón, cereza, fruta de la pasión y el nuevo fresa salvaje.
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Pero antes eran tan vibrantes... magenta y violeta, color fresa salvaje y grosella...
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Finalmente, el anunciado museo dedicado al autor de Fresa salvaje también parece entrampado.
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Donde hubo nieve y manantiales helados, había ahora agua clara y fresas salvajes.
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A veces encontrábamos fresas salvajes asomando entre hojas oscuras y aterciopeladas.
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Es verdad, los romanos sí extendían fresas salvajes por sus huertos.
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Fresas salvajes, pero había que tener cuidado con la hiedra venenosa.
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La encontré leyendo el periódico ante una infusión humeante que olía a fresas salvajes.
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Y, cuando íbamos juntos a coger fresas salvajes, éramos felices.
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Parecía el auto de una familia dispersa entre los árboles para coger fresas salvajes.
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Las mujeres fueron al bosque, a buscar fresas salvajes.
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Como el jarabe era de color rosa, mezclé mermelada de fresas salvajes, leche y azúcar.
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Y amarillas las hojas de las fresas salvajes.
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Tumbada en la hierba, Käthe come fresas salvajes.
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Es sabido que algunos frutos silvestres, como las fresas salvajes y las zarzamoras, son sabrosos y sanos.
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Me regaló unos pendientes de rubíes, rojos como fresas salvajes, rojos como la sangre, brillantes y luminosos.